Entrevista M. Hardoy

Entrevista a Martín Hardoy - Radio El Espectador 31/3/2008, me resultó más que elocuente.

EMILIANO COTELO
En estos días de Semana Criolla, las imágenes y sonidos de las jineteadas son como la síntesis de las tradiciones que se celebran en distintos puntos del país.

Esas jineteadas tienen su origen en la doma tradicional, un método de amansamiento de los caballos que se realiza por la fuerza, incluyendo una buena cuota de violencia hacia los animales. Entre otras cosas se les pone un tiento en la boca del cual se tira muy fuerte para que el caballo tome sensibilidad, después se le pone encima un recado que se aprieta muy duro y luego lo monta un paisano que intenta sacarlo a galopar.

En definitiva el sistema se basa en el castigo físico, la humillación, el miedo y el sometimiento.

Y quienes no somos expertos en el tema, seguramente creemos que esta es la única forma de domar a un potro. Pero resulta que no es así. También existe la llamada “doma racional”, basada en la comunicación entre el hombre y el animal. Una técnica que no es agresiva y que produce resultados sorprendentes. Una técnica que en realidad tiene un origen muy antiguo pero que ha sido “redescubierta” hace pocos años. Por eso, mientras se profesionaliza y extiende, todavía despierta una enorme curiosidad incluso entre la gente del campo.

Una prueba de ese interés la tuvimos el jueves pasado. Mientras recorríamos la Expoactiva en Soriano nos encontramos con la carpa de conferencias desbordada de público. ¿Por qué? Porque estaba disertando el argentino Martín Hardoy, todo un referente en la región en este método alternativo para el adiestramiento de caballos.

¿Cuáles son las claves de este sistema? ¿Dónde está su origen? ¿Por qué hace poco tiempo que se recurre a él? En los próximos minutos vamos a tratar de aprender un poco sobre doma racional.

Para eso el diálogo será justamente con Martín Hardoy

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Martín, tú tienes 49 años y eres argentino. ¿Cuánto tiempo llevas dedicado a la doma racional?

MARTÍN HARDOY:
Enseñando 20 años, tal vez un poquito más. Con los caballos y en contacto con ellos desde que era un chico muy chico, supongo que la primera vez que me subieron a un caballo no tendría más que cuatro años.

EC - ¿Cómo defines la doma racional?

MH - En principio la palabra doma viene del latín que es “domus”. Domus tiene que ver con la casa y domar es “hacer de la casa”. En realidad el dueño de la casa siempre fue el hombre. Cuando llegamos a la etimología de la palabra nos damos cuenta de que domar es “hacer de la casa” y los animales domésticos son los animales que tienen que ver con la casa en la que está el hombre. De modo que inicialmente el caballo es un animal salvaje hasta el momento en que lo domamos y deja de serlo desde el momento en que -yo digo- lo “desbravamos”. Desbravarlo es quitarle el miedo o el salvajismo.

EC - Ahora, a esos efectos hay diferentes posibilidades. Hay caminos distintos que implican a su vez después todavía consecuencias también diferentes.

MH - Esta es un poco la razón por la que está mal empleada la palabra doma cuando decimos que vamos a una criolla o estamos yendo a una jineteada. ¿Por qué? Hoy por hoy, las criollas y las jineteadas más que nada tienen que ver con un espectáculo hasta diría deportivo ya, y por supuesto terriblemente tradicional que no tiene que ver con querer domar un caballo sino que tiene que ver más que nada con probar al caballo, tentarlo y molestarlo lo suficiente como para que el caballo se quiera deshacer de nosotros. Todo lo contrario de lo que significa hacerlo nuestro.

EC - Pero a su vez las jineteadas tienen su origen en una forma de domar.

MH - Sin duda, claro. Cuando la guerra, en nuestras historias tan comunes del Virreinato del Río de la Plata, lo que hizo el hombre fue tratar de hacer productivas las tierras y el indio poblaba esas tierras. Tendríamos que estar todo otro programa conversando de si ese genocidio en el que se mataron tantos indios para hacer productiva las tierras tenía un sentido o había otras maneras. Pero fuera de ello la realidad era que el indio se robaba los caballos a la noche, de los militares y entonces había que salir a enlazar algún caballo que hubiera suelto por la pampa y no había mucho tiempo para domarlo. Algunos los tenían del lazo, otros le ponían recado, otros le ponían el bocado, como bien dijiste al principio del programa. Así había que aguantarse de la mejor manera más que nada para transformar ese caballo salvaje en un medio de transporte que lo alejara del indio al hombre. Porque a cambio de eso y sin caballo, decían, los venían degollando. El indio todo lo que encontraba en el camino lo degollaba porque de no ser así lo mataban a él.

Así que era verdaderamente una guerra de aquella época. Los jinetes más experimentados eran los que mejor se aguantaban sobre el caballo, eran los que mejores palmadas recibían en la espalda, hoy por hoy son los que todavía son invitados a tomarse unas copas gratis cuando vemos que realmente tienen la capacidad de aguantarse un corcovo de un caballo. Entonces no había tanto sentido de dedicarle tanto tiempo a la doma, cuando en realidad a los pocos minutos de agarrar un caballo totalmente salvaje era posible tenerlo trasladándonos, como son parte de los pasos de la doma.

Es verdad que lo que hoy es la criolla tiene su origen en la jineteada pero los tiempos cambiaron, ya no tenemos indios degollando...

EC - Ya no se doma para someter al caballo, se doma para celebrar con él un espíritu de colaboración, ¿no?

MH - En realidad lo que tenemos que hacer es transformarlo para servirnos de él de la misma manera que él se sirve de nosotros. Yo creo que hay ahí una relación hombre-caballo que es bien importante. Yo digo que si no existiese en el mundo el hombre andando a caballo, no existiría o no habría razón de que existan los caballos.

EC - Entonces, ¿qué es la doma racional? ¿Cómo la podemos definir?

MH - En realidad cuando yo pensé en la palabra, ya hace 20 años atrás, y no soy el inventor de una técnica sino que soy un compaginador de técnicas, más que nada tuvo que ver aquel momento cuando yo quería dar cursos y enseñarle a la gente lo que a mí me había dado resultado. Busqué una manera de poder decir que era distinto que una jineteada porque poner un aviso en el diario que dijera “curso de doma”, para muchos le significaba aprender –que de hecho muchos me preguntaban en aquellos principios- a quedarse agarrados del caballo y no caerse cuando estos corcovean.

Entonces, “racional” tenía que ver con pensar, con usar la razón y con usar el sentido común. Por supuesto me parece que tiene sentido querer hacerme amigo del caballo por las buenas y no por las malas que es el sistema tradicional.

De modo que inicié en aquel momento la palabra Doma racional más que nada para hacerlo distinto. Después me acuerdo que en algún momento alguien empezó a poner avisos similares en el diario para dar también cursos. Era un alumno mío y yo no le quitaba su mérito pero me parecía que usaba cosas que yo había hecho y registré el nombre “Doma racional”, diciéndole: “¿sabés qué? Vos llamalo ‘doma india’, llamalo ‘doma folclórica’, llamalo ‘doma simpática’ o llamalo doma como quieras...” Pero me parecía que si esta nueva persona que publicaba en el diario hacía las cosas mal, tal vez se manchaba todo un sistema que me parece que tanto para el hombre como para el caballo es bueno. Me parece que era sensato no pegarle a los caballos y era lo que yo inicialmente empecé a hacer: mostrarle a la gente que sin pegarles, sin castigarlos y sin agredirlos, los caballos se entregaban mejor y más rápido.

EC - ¿Y cuáles son algunos de los secretos?

MH - En realidad lo primero es darse cuenta que el caballo es un animal del tipo de los presa, tiene ojos a los costados, y la tendencia del caballo es escaparse de los predadores, que lo somos. Nosotros somos predadores con ojos adelante. Entonces el instinto natural del caballo es escaparse de los predadores. Pero se va a escapar del hombre, se va a escapar de un perro, se va a escapar de un puma. Este es un instinto de preservación, no podemos decir que el caballo sea malo simplemente reacciona a aquello que lo pone en fuga o que puede ser un peligro para él.

Lo primero es pensar cómo reaccionan estos animales, saber que un caballo que dentro de un tubo quiere saltar cuando nos arrimamos a tocarlo, tiene sentido porque es el puma que viene a tocar el caballo que está metido adentro del tubo. De modo que parte de esto es ir al ritmo del caballo, con la velocidad del caballo y con las necesidades de él. Yo muchas veces digo que trato de pensar como el caballo y dejo de pensar como hombre cuando domo porque entonces puedo entender qué cosas le están molestando y cuáles no. La clave entonces es saber cómo piensan los caballos y tener una idea de cuáles son sus reacciones para poder aprovecharlas y usar eso para mi bien y para mi ventaja.

De todas maneras hay muchas cosas que al caballo no le gustan. No puedo decir que sea un placer para el caballo que le pongamos una montura, una cincha y tengamos que salir a juntar vacas durante toda una mañana al galope o tengamos que salir a juntar ovejas o lo que fuera. Como que tampoco debe ser un placer para tantas personas que trabajan en el mundo tener que levantarse todos los días a las siete de la mañana para ir a su trabajo. Entonces, esto podemos pensar que son cosas negativas.

El aprendizaje, casualmente, tiene que ver con eso, con cosas negativas y con cosas positivas. Lo negativo del trabajo: levantarse todos los días temprano. Lo positivo: el sueldo de fin de mes. Para el caballo lo negativo es soportar al hombre sobre su lomo; lo positivo es que en esta forma hay una simbiosis que se junta hombre-caballo y el caballo empieza a tener qué comer, empieza a tener donde tomar agua, empieza a tener un pasto como corresponde y empieza a tener alguien que lo cuida a cambio de servirle.

EC - En definitiva se trata de establecer una negociación entre el hombre y el caballo, no una imposición.

MH - Yo creo que es algo así, sí, es un negocio sin duda. Es una manera de que el caballo nos acepte en la medida que no nos haga mal.

Y la doma racional tiene que ver con eso tiene que ver con buscar el mejor camino para que los caballos no se estropeen, no se lastimen pero fundamentalmente además para que el hombre no se lastime. Me parece que el negocio del caballo -que existían miles y miles de caballos sueltos en el campo- si se rompía uno, se lastimaba o se estropeaba no era un problema. Hoy los criadores de caballos cada vez tenemos menos animales, la soja va cundiendo los campos y los poquitos que tenemos hay que cuidarlos y ya no es tan fácil decir que si se estropea un caballo no le importa a nadie.

EC - Y con los métodos de doma tradicional muchas veces se estropeaba un caballo.

MH - Que se estropeaba un caballo sería lo de menos porque también se estropeaba mucho la gente. Hoy el campo también está de la mano de la menor cantidad de personal posible, lo justo y necesario y si se estropea alguien o se lastima el seguro seguramente pague la hospitalización, la quebradura, la fractura, lo que fuera pero seguro que no va a pagar por el reemplazante que tiene que estar recorriendo la sección del campo que recorría esa persona. No había gente de sobra ni hay gente de sobra para hacerlo.

Entonces, hoy también aspiramos a que el hombre de campo haga las cosas de la mejor forma sin renegar tanto, más fácil. Y esto tiene que ver con un beneficio para el hombre, para el paisano, para el domador y para nuestro recorredor, que además corta el pasto y tantas otras cosas, tiene que ver con el beneficio del criador y por supuesto y en definitiva también tiene que ver con un gran beneficio para el caballo.

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EC - Ramón desde Minas nos manda un mensaje de texto en el que dice que la doma racional está bien descrita en “Martín Fierro”, según lo hacían Los Pampas. Ese es uno de los puntos ¿no? en qué medida estamos hablando de algo nuevo o algo muy antiguo que los indios en distintas partes del planeta ya dominaban.

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EC - Martín, esto no es nuevo. ¿De dónde viene la doma racional?

MH - En el “Martín Fierro” ya se explica un poco aquello que hacían los indios, con todo el tiempo del mundo, y lo bien que trataban a su caballo. Pero más allá de eso yo debería decir que durante muchísimos años, cientos, el mundo no tenía un contacto ni una comunicación como la que tiene ahora. Yo creo que hoy el mundo se ha transformado en tremendamente mediático y todo lo que sucede en un extremo del planeta lo sabemos en el otro extremo casi al instante con internet, con la televisión, con canales, con radios y con revistas que circulan y que vinculan a todo ese mundo tan mediático que es el de hoy. Pero tal vez no hace más de 30 años podíamos decir que la internet no existía o si existía en todo caso no de uso masivo, no teníamos todos los canales de cable que hoy en cualquier campo se bajan, entonces me parece que sin duda muchísima gente trabajó a los caballos tratándolos bien y no trascendieron.

EC - Acá tengo ejemplos los oyentes. Nos dicen “antes de que Martín Hardoy naciera, mis tíos domaban desde abajo”. “Actualmente detrás del Museo Blanes vive el Gitano, que doma de esa manera”, nos dice Julio en uno de los mensajes de texto que nos están llegando.

MH - Sin duda, por eso digo que no es una técnica de ahora, les decían a aquellos domadores los “domadores de palabra”. Se hizo con Robert Redford una película que también tenía o hablaba del susurrador de caballos.

EC- Monty Roberts de Estados Unidos que fue uno de los precursores de la profesionalización de estas técnicas.

MH - Exactamente. Quiere decir que yo no puedo decir que soy el inventor. No lo diré jamás. Digo que soy un compaginador. ¿Por qué? Porque inicialmente cuando era chico aprendí el sistema de los gauchos, de los hombres de campo, tiré de la boca, jinetié caballos, monté en criollas, hice toda la parte gauderia que me tocaba y que me gustaba tanto hacer y por un accidente que tuve en mi espalda me operaron, me hicieron un injerto de cadera y esto me obligó a dejar el sistema que para mí me parecía tan nuestro y tan propio de una cultura. Tuve que dejar, el médico me lo prohibió, estuve a punto de quedar paralítico, de que se me desplazara una vértebra y me cortara la médula, volvieron la vértebra a su lugar y este fue el principio del fin del sistema tradicional para mí pero el principio del principio de buscar una técnica distinta para poder seguir domando, porque mis caballos seguían siendo mi pasión más allá de que mi columna estuviera mal.

Entonces empecé a buscar maneras de no pelearme con ellos y encontré en una cantidad de libros que daban vueltas por ahí, consejos de distintas personas que habían hecho una u otra cosa y que contaban los éxitos que tenían en este sentido. Lo único que había que hacer era ir en contra de lo que para mí era tradicional y probar. Esto fue un poco lo que hice, no fui inventando nada, fui probando los consejos de distintos libros de distintos lugares, del Martín Fierro incluso, pero además me fui un poco más allá. La equitación en América viene de España pero la de España viene de Asia y así nos podemos llegar a ver los orígenes de la equitación. Cerca de 9.000 años Antes de Cristo ya se andaba a caballo, las Cruzadas se hicieron a caballo, entonces no podemos decir que mi abuelo, mi tío o mi tatara abuelo domaba de tal o cual manera. Tenemos que decir que el mundo y lo hombres domaron de tal o cual manera hace muchísimos años.

Solo que por un problema en nuestra historia de nuestra guerra contra el indio, las cosas cambiaron súbitamente porque había una realidad histórica que hizo que cambiaran y no había tiempo para ponerse a domar. Entonces ahí viene un cambio de la equitación o de los sistemas de doma pero yo me fui a los orígenes, me fui a la fuente y en la fuente está el trabajo a la cuerda…

EC - ¿Qué es el trabajo a la cuerda, por ejemplo?

MH - Ponerle una cuerda a un caballo, ensillarlo y no montarlo hasta tanto él no se relaje, trabajarlo con una cuerda o una soga larga alrededor de un corral y con una montura, mientras yo de abajo le enseño a parar, a doblar, arrancar y retroceder sin estar montado ni corriendo riesgos arriba del lomo. Esto para mí era una picardía maravillosa que permitía que en el momento de subir el caballo ya supiera frenar, retroceder, arrancar y cumplir órdenes para que yo no corriera riesgos sobre su lomo, que fue gran parte de la manera de salvar mi columna que estaba obligado a eso.

Sin duda el origen de las técnicas es muy viejo. Estuve con un instructor americano que se llama Bob Miller o Roberto Miller, que habla del “imprinting” o la impronta de los caballos.

EC- ¿Qué es eso?

MH - Es lo que reciben los caballos de la madre desde el momento en que nacen. La madre impronta sobre la cabeza, sobre el cerebro, sobre la mente del potrillo su forma de ser y así las yeguas nerviosas producen potrillos nerviosos, las yeguas tranquilas producen potrillos tranquilos pero es a partir de esa enseñanza que el potrillo tiene miedo de una víbora o tiene miedo de un lagarto o sabe que tiene que escaparse del zorro o no debe quedarse quieto cuando llega el puma. Esto es la impronta aprenden de las madres y ellas improntan sobre la cabeza de los potrillos.

EC - ¿Cómo se aplica eso después a la hora de domar racionalmente?

MH - Cuando yo empiezo a trabajar los potrillos de chiquitos y tenemos que ser conscientes que en nuestros países todavía esto no es una técnica que esté muy difundida y sin embargo existe, apenas nace el potrillo uno se pone a trabajar con ellos y los tranquiliza, los relaja y se mete en esa relación yegua-potrillo, donde incluimos al hombre, que lejos entonces de ser un animal peligroso como los predadores, pasa a integrar la sociedad del potrillo porque le da de comer, le da agua, acaricia y cuida la yegua y por qué no acaricia y cuida al potrillo.

Desde este momento la impronta que recibe el potrillo es que el hombre no es una persona mala o el hombre no es nada malo para mí sino que al contrario le hace un bien. Si esta relación inicial no existiera, termina siendo que a los tres años cuando empezamos a domarlo nos tienen el miedo que le tendrían a cualquier predador, que lo somos.

De modo que es verdad. El origen de la doma racional o el origen de la doma dulce o el origen de una doma en donde no le hagamos mal al caballo tiene años. Lo que pasa es que esos domadores de palabra que existieron durante tanto tiempo, no tuvieron la trascendencia porque el mundo no estaba mediatizado, no tenía los medios que hoy tenemos para poder informar como estamos informando ahora lo que puede pasar en Argentina, que también se repite en Uruguay y se repite en tantos lugares del mundo.

EC- Justamente ¿cómo estamos en Uruguay en materia de doma racional? En el final de esta entrevista vamos a incorporar la experiencia de nuestro país. El reportaje va a ser a dos voces en su último segmento porque también nos acompañará Ricardo Espalter, hijo, desde aquí desde nuestro país.

***

EC – Ricardo, ¿desde cuándo te dedicas a la doma racional?

RICARDO ESPALTER:
Hace unos cuantos años. Comencé de chiquito también el contacto con los caballos, a través de mi abuelo, y después me fui perfeccionando, hice un poco de equitación, después viajé y el primer contacto que tuve así con potros fue en San Pablo con Eduardo Borba y después me terminé de formar con Martín Blank que es una persona de Idaho que hace mucho tiempo que está en esto.

EC - Supongo que se conocen con Martín Hardoy.

RE - Yo lo conozco a él, él hace mucho más que yo que está en esto y lo conozco de haberlo visto en un video y de nombre, por supuesto.

EC - Me interesaría que en el final compartieran ustedes sus experiencias sobre todo a propósito de dos o tres preguntas que a mi me quedan. La primera va directo para Ricardo. ¿Cómo venimos en Uruguay en cuanto a la doma racional, cuán extendida está?

RE - Hoy en día yo creo que ya hay muchos establecimientos que están trabajando de esta forma.

EC - ¿Se utiliza la doma racional en una estancia tradicional para domar a los caballos de trabajo? ¿Se la utiliza en las cabañas criadoras de determinados caballos de raza, se la utiliza en los centros de entrenamiento en deportes ecuestres? ¿Dónde se la utiliza?

RE - Se la utiliza en todos lados. Hoy en día yo creo que el caballo que se usa para trabajar tiene más o tanta importancia que el resto de los caballos, que sean para competencia y demás. Yo cuando estoy frente a un potro y pienso en domarlo, estoy pensando en hacer un caballo de trabajo. Yo apunto a esto, un caballo de trabajo que por supuesto después va a poder seguir su proceso de aprendizaje ya sea para jugar al polo, ya sea un caballo de carrera. Yo tengo alguna experiencia domando pura sangre de carrera y los trabajo de la misma manera que si fuera un caballo para pasear. Lo único que no hago mucho hincapié en la parte de la boca a diferencia de otros caballos pero la iniciación es exactamente la misma.

EC - ¿Cómo es eso de que no haces mucho hincapié en el trabajo de la boca?

RE - Lo que yo no quiero o no busco es que el caballo quede muy sensible en la boca porque el caballo de carrera de todos modos yo tengo un centro de entrenamiento y el caballo viene a casa, viene el potro nosotros lo trabajamos, lo amansamos de abajo: manos, patas, lo amansamos de lomo, le enseñamos a galopar a una mano, a galopar a la otra mano y después al caballo le enseñamos a salir de gateras, el caballo cuando va a un hipódromo la función de él es salir a la pista y correr y el caballo cuando corre se tiene que afirmar en la boca. Es decir el caballo se afirma en el filete y precisa correr, no es un caballo que vaya a salir corriendo y lo vayan a parar a 50 metros o a 100 metros, el caballo tiene que correr y llegar lo antes posible a la línea de llegada. Entonces por eso es que le hacemos tanto hincapié en ese tema de la boca.

EC - Está claro que la doma racional tiene una serie de ventajas sobre la doma convencional, tradicional. La primera por supuesto es que se evita el maltrato al potro, la segunda es que el domador corre menos riesgo en materia de accidentes. ¿Cómo pueden resumir ustedes el resultado en el tipo de caballo que se obtiene, en comparación con el otro método?

MH - Las dos domas parece que están alejadas y habrá mucha gente de los que están escuchando hoy la radio que seguirán pensando que ellos no van a cambiar su sistema. Les parece que les dio tanta utilidad el anterior sistema que este parece estar tan alejado y que no es de hombres tratar bien a los caballos y acariciarlos. Yo creo que lo único  que he logrado haciendo los cursos que hice durante tanto tiempo es poner en discusión esto. Don Quijote le decía al Sancho “ladran Sancho señal que cabalgamos”. Aunque hablen mal del sistema, es una manera de que hablen y es una manera de que se imponga. Así como Ricardo dice que en Uruguay se va imponiendo, sin duda como en Argentina y como en tantos países del mundo, me parece que todavía queda mucha gente por convencer y mucha gente por hacer que comiencen a trabajar con eso para que se den cuenta de que es tanto más sencillo.

Yo no voy en contra de la tradición de nada y a veces digo que si yo mismo fuera un caballo, muchas veces preferiría ser un caballo de las criollas. Convengamos que un caballo de las criollas soporta 15 segundos, 20 segundos o 30 segundos de castigo pero el resto de la semana lo tratan bien, come bárbaro, está suelto y disfruta del aire libre. En cambio, un caballo de hipódromo está todo el día encerrado en un box con 45 minutos, una hora de vareo, un caballo de polo tiene que jugar un chaquer de ocho minutos a toda velocidad, frenando, parando, girando y con toda la exigencia del deporte, un caballo de salto tiene que recibirse sus 600-700 kilos sobre las manos después de saltar un 1,60 cosa que no es natural... De modo que a veces si me dijeran y me hicieran elegir yo creo que sería un caballo de las criollas que me parece que vive una gran vida.

EC – Ricardo, ¿cuál es tu experiencia? ¿Cuál es la diferencia en el producto que genera la doma racional, qué tipo de caballo? ¿Por qué es mejor el caballo que sale de esta manera?

RE- Yo considero que lo que estamos buscando es un animal confiable. Un animal que confía realmente en nosotros, en las personas, en la gente que lo monta todos los días y que trabaja con ellos. Volvemos al principio: cuando el caballo reacciona y reacciona mal utilizando su fuerza, lo hace porque tiene miedo, no lo hace porque sí. Entonces del momento que el caballo confía y pierde el miedo no tiene por qué reaccionar mal. Hay que tener en cuenta que el potro no es consciente de la fuerza que tiene hasta que tiene alguna experiencia, ya sea la jineteada que uno lo pincha para que salte o atándolo a un palenque para que él pelee y se dé contra el palenque y como dicen en campaña para aflojarle el cogote.. Hasta ese momento el caballo no es consciente de su poder. Entonces si yo trabajo con él de entrada y no hago sacar esa fuerza a lucir, el caballo no tiene por qué usarla entonces yo voy a usar esa fuerza que tiene para trabajar, para poner bien las patas e impulsarse, para doblar bien con fuerza para parar con fuerza para salir con fuerza.

Es un tema de confianza que tiene el jinete con el caballo y el caballo a su vez con el jinete o con la persona que trabaje alrededor de ellos, ya sean caballos de carrera que están muy acostumbrados. En el hipódromo, como dice Martín, los caballos de carrera están encerrados en el box prácticamente un día entero y encima de todo la doma del caballo de carrera generalmente es una doma que lo montan y los hacen galopar apadrinados con otros caballos al lado enganchados a la cincha y no les levantan mano y patas entonces el tema de las manos y patas es un problema del herrero cada vez que lo va a herrar, el peón que limpia la cama y lo cepilla todos los días, siempre corriendo el riesgo de una patada, de una mordida. Es un caballo que evidentemente tuvo una mala experiencia de arranque y después esas malas experiencias son difíciles de hacérselas olvidar.

MH – Quiero sumar un detalle que creo que es interesante en lo que tiene que ver con la doma. Quiero dejar en claro que el hecho de que no se imponga tan rápidamente este sistema de doma en Argentina, siendo que en Europa y en Norteamérica se ha impuesto muchísimo y es casi exclusivo, me parece que tiene que ver con el costo del caballo. Acá entramos en otro tema. Tanto en Uruguay como en Argentina el costo del caballo en general es bajo, tal vez pagamos por un caballo lo mismo que se paga por un novillo o por dos. Cuando un caballo no vale más que dos novillos gordos la realidad es que no se puede cobrar demasiado por una doma porque no tiene sentido pagarla. Esto hace que la gente no pueda profesionalizarse tanto, que no puedan hacer un buen trabajo, y muchas veces redunda en un inconveniente para que haya tantas personas que se dediquen a esto.

Cuando en Europa un caballo vale 5.000, 10.000 o 20.000 euros, perder un caballo empieza a ser un problema y cualquiera deja de dudar respecto de ponerse a agredirlo para pasar inmediatamente a tratarlo bien para que no se pierda ninguno de ellos. Aquí en la Argentina un caballo, en el mejor de los casos, vale 1.000 dólares o 3.000 pesos nuestros, al cambio de ustedes será algo parecido. Esto no permite a mucha gente cambiar el switch de la cabeza para empezar a pensar en el caballo.

Yo como mensaje quiero decir que antes de pensar en el caballo pienso en la gente y que es tanto más agradable domar un caballo que salga siendo nuestro amigo con este sistema y no un enemigo como con el sistema anterior.

Contacto: Lucía Lucas Almeida - Móvil: (+598) 98 184 543 - caballosyafines@gmail.com
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