Frenos: desde la doma al entrenamiento

Frenos: desde la doma al entrenamiento.
Alternativas para corregir los “vicios” en cada etapa.

Publicado el 30 de marzo de 2012.

Previo a comenzar el artículo, mencionaré que existen bases elementales respecto a lo que a frenos y comunicación con el caballo se refiere que creo pilares fundamentales para poder luego sí enfrentarnos al artículo contenido en la presente edición. Pueden acceder a dicha información a través de http://caballosyafines.es.tl/Frenos-d--empezando-desde-cero.htm

Figura 1 - Freno bien colocado
 
Es inevitable abordar el tema frenos si hablamos de doma, entrenamiento o competencia, ya que es un protagonista de todas las etapas.
Considero al freno como una excelente herramienta de comunicación entre el jinete y el caballo, sin desmedro de la comunicación corporal o verbal. Dado que los animales no razonan como nosotros, debemos ser claros durante la doma y entrenamiento en los comandos que enseñemos, sin dualidades, teniendo la suficiente sensibilidad como para interpretar el grado de avance o entendimiento que el caballo vaya mostrando y siendo pacientes en la repetición constante hasta lograr cada objetivo.
Puntualizaré algo respecto a los materiales: así como una máquina debe trabajar lubricada, para evitar desgaste, roturas y que el trabajo sea más suave, la boca del caballo debe salivar lo suficiente como para que el freno trabaje lubricado, en forma suave, reduciendo significativamente la posibilidad de lesionarse. Es por ello que elegimos siempre como material para la elaboración de nuestros frenos el hierro ya que al contacto con la boca genera suficiente salivación gracias a su sabor, es universalmente aceptado por los caballos, es un material muy durable y su costo es bajo. Desaconsejamos categóricamente el acero inoxidable por no poseer sabor y no estimular la salivación. El uso de otro materiales como cobre, bronce, etc., por su costo más alto se hace comercialmente inviable.
No dedicaré demasiadas líneas a los tipos de ejercicios en los que se trabajan desde la doma, pasando por el entrenamiento hasta que vemos el caballo en pista, montado por su jinete, ya que no me considero especialista en esos temas y existen referentes al respecto, pero debo hacer mención necesariamente a ellos, ya que son el contexto del tema a abordar.
Abordaré si los temas concernientes a los frenos y sus acciones sobre la performance del caballo, así como sobre su salud. Por sobre todo, la intención del presente artículo es acercar al menos parte de la información que he recopilado y generado desde hace varios años, y a la que muchas veces no es tan sencilla acceder.
Si estamos frente a un potro que hemos amansado, embozalado, cabresteado ensillado y montado, iniciaremos entonces los primeros trabajos en la boca de montado. Arbitrariamente comenzaré con la descripción de lo que considero es el camino más progresivo si lo que buscamos es un caballo con posibilidades de competir. Al inicio  enseñamos al caballo las órdenes más básicas con bocado de cuero donde trabajamos con movimientos abiertos, fácilmente entendibles hasta que el caballo nos comprende, teniendo el caballo en su boca una pieza suave, que trabaja las barras (encías), lengua y comisura de los labios principalmente.

Figura 2 - Bocado de doma
 
Luego pasamos a la etapa de filete o bridón, donde se acostumbra al caballo al hierro, a su dureza, a su sabor, a su acción. Con él principalmente se trabaja lo que es flexión de cabeza y cuello, flexión de nuca, repitiendo además los movimientos que se hacían con el bocado de cuero, donde afinaremos los comandos de doblar, frenar y recular.
 
Figura 3 - Bridón de argolla con trabas
 
Cuando el caballo responde con soltura a todos los comandos y ha logrado una flexión de cabeza y cuello aceptable, nos preocupamos en lograr que el ligamento de la nuca haya cedido lo suficiente, progresivamente acompañado por la musculatura creando un ángulo mayor en la parte superior de su cuello, por lo general se comienza el trabajo de afinamiento de la boca utilizando un freno bridón (bridón con piernas) que por lo general posee un diámetro mayor del hierro que va en la boca si lo comparamos con el primer bridón utilizado. Esto es porque las piernas del freno multiplicarán las fuerzas que apliquemos a las riendas y justamente por ello protegeremos la boca si usamos diámetros mayores de hierro.

Figura 4 - Freno Bridón CF
 
Con este freno se trabaja hondamente la cabeza, el cuello, se realizan ejercicios de flexión, para lograr el mejor estiramiento de los músculos de toda la cabeza y cuello a fin de tener un caballo más ágil, con más peso trasladado a los miembros posteriores si lo comparamos al caballo con el que iniciamos el trabajo, lo que resultará en un caballo bien reunido, es decir más preparado para “la atropellada” (salida brusca) con más potencia almacenada, y con una capacidad de giro harto mayor al caballo apoyado sobre sus manos. Para ello es fundamental el trabajo con estos frenos, logrando el arqueo cerrado del cuello lo que permite que la cabeza se mueva con facilidad hacia el pie del jinete de forma de conseguir giros más cerrados. Todas características necesarias en un caballo que aspire presentarse al Freno de Oro.
 
 
Figura 5 - Trabajos para ceder nuca
 
Es menester reparar en que la morfología del caballo colaborará o no en gran medida a lograr estas metas ya que un caballo tosco, de cuello grueso e invertido, jamás logrará un grado de reunión tal como para lograr un caballo realmente ágil.

Figura 6 - Frenos para 4 riendas
 
Algunos modelos de bridones con piernas o frenos de puente permiten el uso de 4 riendas, dos de las cuales irán fijas como “riendillas”, de manera de continuar el trabajo de flexión de nuca, realizando los ejercicios de trabajo en la boca con el otro par de riendas.
Dependiendo de cada caballo será necesario o no migrar a un freno con puente, donde lograremos dar espacio a la lengua, quitaremos presiones sobre ella, resultando en una mayor comodidad para el equino.

Figura 7 - Frenos pecho de paloma
 
Cabe aclarar que muchos de los trabajos iniciales en la boca se realizan hoy en día en un corral de doma, corral circular de unos 18 a 20 metros de diámetro, donde tenemos al caballo confinado, aislado de sus compañeros, apartado de los ruidos y movimientos, concentrados únicamente en el trabajo que realizamos con ellos. Esta forma de trabajar, acelera y mucho el proceso de doma-entrenamiento.
Una vez que el caballo ha logrado estar “sujeto” como decimos en campaña, salimos del corral, y comenzamos con movimientos más amplios en lugares abiertos, probando así sobre todo los giros, andares y frenada. Y es allí donde comienzan en ocasiones algunos problemas o como se dice en la jerga “vicios”; el caballo se niega al freno, no lo respeta, no frena, no gira, y más, siendo que en el corral respondía de forma correcta.
Entonces allí es cuando no se debe perder la paciencia y apelar primero que nada al raciocinio. De nuestras experiencias, de la charla con expertos o a partir de la lectura de artículos como éste, sabremos entonces que hay una solución a cada problema. Hay frenos para corregir casi todos los problemas que nos vayan surgiendo, en los que será fundamental saber cómo usarlos, por cuánto tiempo y en que el jinete será puesto a prueba, así como su paciencia y temple.

Figura 8 - Freno Bridón retorcido
 
Aquí entonces echaremos mano a los frenos un poco más contundentes. En los casos planteados, donde el caballo “apoya” en el freno, perdiéndole en mayor o menor medida el respeto, es donde se trabajará con los frenos de corrección. Cuando tenemos problemas en las frenadas por ejemplo podemos optar por frenos bridones torcidos o retorcidos, que irritan en diferentes grados las barras logrando el aumento de la sensibilidad en esa zona y por ende un caballo que acata los comandos. Este tipo de frenos se usan por períodos cortos, enfrenando luego con frenos blandos o medios a fin de evaluar el grado de corrección del vicio presentado. Si pensamos en algunos ejercicios que forman parte de la prueba del freno de oro, recordaremos que una buena rayada es aquella que logra una frenada franca, con las patas alineadas y metidas debajo del cuerpo. A veces para lograr esa postura se recurre a los frenos mencionados, para que el caballo comprenda lo que buscamos sin caer en interminables intentos que confundirán al aprendiz.
Figura 9 - Rayada (posición correcta)
 
Será fundamental como ya se mencionó el temple del jinete. De él dependerá que se corrija el problema o de que se agrave. Incluso en algunos casos de mal uso, se puede lograr que se sobre agregue otro problema más.


Figura 10 - Freno 4 gonces
 
Si nos surgiera un caso opuesto en el que el caballo presenta una excesiva sensibilidad al freno, reaccionando incluso antes de que apliquemos los comandos, estamos frente a un caballo “acobardado”, con demasiado respeto al freno incluso miedo. Buscaremos entonces un freno que le permita perder ese miedo y que permita aplicar una mínima presión si tener efectos indeseados. Aquí se propone al freno de 4 gonces y de sección gruesa como elemento de descanso en la boca, permitiendo sus articulaciones asentarse en forma muy laxa en la boca transmitiendo mucha comodidad al caballo.
En el caso de caballos que por inteligentes y dóciles o por ser entrenados por jinetes experientes y claros, avanzan muy rápido en el entrenamiento comprendiendo rápidamente los comandos, desenvolviéndose con soltura en todos los ejercicios. Es en este caso en que a veces nos abusamos de sus virtudes (o de las nuestras) usando frenos de sección fina dentro de la boca, logrando señales muy claras y precisas siempre con una mano muy suave.

Figura 11 - Freno Bridón DB
 
Finalmente, debemos no dejar de lado a los caballos de campo, caballos que no recibirán permanentemente comandos ni tendrán una demanda rigurosa en sus bocas, para ellos existen frenos más cómodos ya que pasarán más horas enfrenados. Para los jinetes menos experientes o que poseen una mano más pesada, recomendamos frenos de sección más gruesa y patas menos exigentes.

Figura 12 - Freno pecho de paloma pata 5
 
En fin, como en tantos temas apasionantes, el mundo de los frenos es uno de ellos, donde por suerte nunca terminamos de aprender.


Dr. Andrés Rusiñol – Médico Veterinario
Domador y entrenador de Caballos
caballosyafines@gmail.com
 
 
 


Contacto: Lucía Lucas Almeida - Móvil: (+598) 98 184 543 - caballosyafines@gmail.com
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